Si en no pocos países extraños pidiéramos una definición de lo español y de España, apenas si vacilarían en contestarnos. Para ellos se cifra en la nota andaluza: el ruedo taurino y el cante y baile jondos, con su fuerte taconeo y el murmullo de los palillos en el aire. No es eso España toda, pero sí que representa un trozo muy nuestro, algo que nos bulle en la sangre e influye poderosamente en nuestro carácter.